
En un esquema de empresas privadas de servicios públicos y marcos regulatorios en pleno funcionamiento, penalizar económicamente a esas empresas por prestar un servicio deficiente es razonable y necesario, ya que ese dinero es menos ganancia para sus dueños y los invita a trabajar mejor para prestar un mejor servicio. Pero esto, obviamente, no es aplicable a las empresas estatales que son un juego de suma cero, en el cual todo el dinero que EPE debe obtener para su operación, mantenimiento e inversiones sale de la tarifa que pagamos los usuarios, por lo que todo el dinero que usen para esa “bonificación” saldrá de… nuestros bolsillos.
Ustedes me dirán, bueno pero esos 910 millones los paga EPE, si, pero el dinero tiene tres fuentes posibles, o bien dejan de pagar sueldos (cosa que no podrían porque ese costo no es flexible, o si?) o dejan de hacer inversiones y mantenimiento (lo cual nos perjudica a todos los usuarios), o nos aumentan la tarifa para recaudar esos millones. La única opción en la que no seríamos todos solidarios con esta grandeza del Gobierno de Santa Fe, es que aporten esos 910 millones de su propio y privado dinero.
Ahora, sabiendo que esta penalización sólo nos va a doler a los usuarios que pagamos la factura podemos concluir que no tiene ningún sentido salvo la política berreta y populista de quedar bien con los usuarios en la previa de un verano con tarifas altísimas y calidad del servicio deficiente.
En síntesis, la fiesta la pagamos entre todos pero los que quedan bien regalando lo nuestro, son ellos.
Verónica Geese Ex-Secretaria de Energía de la Provincia de Santa Fe
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En un esquema de empresas privadas de servicios públicos y marcos regulatorios en pleno funcionamiento, penalizar económicamente a esas empresas por prestar un servicio deficiente es razonable y necesario, ya que ese dinero es menos ganancia para sus dueños y los invita a trabajar mejor para prestar un mejor servicio. Pero esto, obviamente, no es aplicable a las empresas estatales que son un juego de suma cero, en el cual todo el dinero que EPE debe obtener para su operación, mantenimiento e inversiones sale de la tarifa que pagamos los usuarios, por lo que todo el dinero que usen para esa “bonificación” saldrá de… nuestros bolsillos.
Ustedes me dirán, bueno pero esos 910 millones los paga EPE, si, pero el dinero tiene tres fuentes posibles, o bien dejan de pagar sueldos (cosa que no podrían porque ese costo no es flexible, o si?) o dejan de hacer inversiones y mantenimiento (lo cual nos perjudica a todos los usuarios), o nos aumentan la tarifa para recaudar esos millones. La única opción en la que no seríamos todos solidarios con esta grandeza del Gobierno de Santa Fe, es que aporten esos 910 millones de su propio y privado dinero.
Ahora, sabiendo que esta penalización sólo nos va a doler a los usuarios que pagamos la factura podemos concluir que no tiene ningún sentido salvo la política berreta y populista de quedar bien con los usuarios en la previa de un verano con tarifas altísimas y calidad del servicio deficiente.
En síntesis, la fiesta la pagamos entre todos pero los que quedan bien regalando lo nuestro, son ellos.
Verónica Geese Ex-Secretaria de Energía de la Provincia de Santa Fe
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